viernes, 15 de abril de 2011

TRABAJO PRÁCTICO Nº 1 DE HISTORIA DE LA LENGUA

Historia de la Lengua Española Profesor: Francisco J. Fernández
Año 2011 Auxiliar Docente: Verónica C. Dudzicz



TRABAJO PRÁCTICO N° 1

1) Enumere los principales casos atribuidos a sustratos lingüísticos prerromanos en la fonología y morfología españolas. Dé ejemplos.
2) ¿Qué cambios operaron en las desinencias casuales en el pasaje del latín clásico al latín vulgar? ¿Cómo se sustituyen esas flexiones? Ejemplifique.
3) La asignación de género en latín tiene una base distinta a la de castellano en líneas generales. ¿En qué consisten las diferencias principales? (*)
4) Explique el cambio genérico que dio como resultado: LEÑO, FRUTO.
5) Compare los sistemas vocálicos del latín clásico, del latín vulgar y del español.
6) Derive las formas resultantes en castellano de las siguientes palabras latinas, y explique en cada caso en qué consisten los cambios fonéticos:
TAURU, GRAECU, CALIDUS, VIRIDE, VERMICULU, SPECULU, FOLIA, SIMILIAT, FORTIA, LANCEA, HABEA, ABBATE, ROTA, FABULARE, PLUVIA, CLAVE, VIRTUTE, MARE, LACTE.

(*) Ejercicios extraídos de Práctica y Teoría de Historia de la Lengua Española. 835 ejercicios de fonética, morfología y sintaxis históricas, de E. Bustos Gisbert, A. Puigvert Ocal y R. Santiago Lacuesta, Síntesis, Madrid, 1993.

viernes, 1 de abril de 2011

ARTÍCULO Nº 18 - DIARIO EL TRIBUNO

Y SI NO SABÍS, ¿PA QUÉ TE METÍS?
(de “Pateando sapos”)
Por Paco Fernández
Director del Servicio de Información e Investigación sobre la Lengua (SIL)
Universidad Nacional de Salta

Hace escasamente un par de semanas me tocó abordar el tema del voseo argentino al que algunos, no en forma desacertada, han llamado “el argentino” o “el idioma de los argentinos”. En efecto si bien, hablando con propiedad, no constituye un elemento fundamental para que sea un “idioma”, a pesar de ello (y sin lugar a dudas) el voseo es un recurso netamente argentino, pese a que, en la actualidad y más aún será en el futuro, está extendiéndose cada vez más hacia el norte del espectro hispanohablante. Lo he expresado claramente en mi artículo anterior: en Argentina adquirió tal prestigio que fue fácilmente exportado a otras latitudes del español.
En mi primera entrega me referí al tipo de voseo de nuestro país, caracterizado por las segundas personas del singular que toman las formas de la segunda del plural (vos[otros] sabéis, podéis, hacéis); pero de ellas  –al menos en su expresión más culta o distinguida– se ha preferido las formas “-és” a las terminadas en “-ís”. Es claro que utilizamos siempre “vos sabés, vos podés, vos hacés” en lugar de “vos sabís, vos podís, vos hacís”. Incluso en una manifestación más culta y refinada, se prefiere la forma del tuteo en el verbo, usando “vos sabes, vos puedes, vos haces”, al comunicarnos con personas con las que tenemos una cierta confianza, pero no tanta como para brindarles un trato común como a las demás. Sin embargo, se puede apreciar en algunos otros lugares de Hispanoamérica (por ejemplo en Chile) que la preferencia por las formas terminadas en “-ís, -í, -éi” se percibe entre grupos de gente sencilla y sin mayor instrucción lingüística formal, de manera especial entre la gente rural, que luego ha emigrado a la periferia de las ciudades.  Ellos se inclinan por usar, entonces, las formas “sabís”, “sabí” o “sabéi” en sus conversaciones informales.
La lingüista que cité en mi anterior exposición, María Vaquero, nos ilustra cómo es esta forma de hablar en otros países de habla española. En Bolivia hay muchas vacilaciones que se dan, por una parte, en la zona andina. Se alterna las formas de voseo en los pronombres (yo, tú, él / yo, vos, él), como en estos ejemplos: “vos / tú cantas (sin acento en la última sílaba)”, “vos / tú quieres”, “vos / tú sales”. En cambio, en las zonas oriental y sureña, sigue afirmando Vaquero, se utilizan ambas, o sea: “tú / vos quieres”, pero también “tú / vos querés”; “tú / vos cantas” y “tú / vos cantás”. Podemos actualizar estas afirmaciones aclarando que en la actualidad están avanzando, incluso en las regiones como Santa Cruz de la Sierra, las formas típicas argentinas. Por supuesto que Tarija, y su zona de influencia, también muestra este fenómeno.
En Chile se ha conservado el voseo en la norma culta informal, como lo expliqué arriba. Colombia, por su parte, recibió esta forma de hablar en la época de la conquista; sin embargo, hoy está mal visto ese uso, aunque avanza sobre todo en Bogotá, y quizá en otras ciudades, por influjo del voseo argentino. Ecuador, según informaciones de colegas de ese país, también tiene la misma influencia, aunque el voseo está más extendido que en Colombia y desde hace bastante tiempo. Se lo utiliza en el ámbito familiar y de mucha confianza, guardando el tuteo para situaciones más formales.
Panamá, a su vez, practica un voseo que está mal visto y que se parece al de Chile, entre la gente sencilla y sin instrucción. Se escucha decir “Vos cantái”; “Vos, ¿cómo estái?”; “¿Cuándo queréi que venga?”.
En Paraguay –aunque informes de los años noventa lo ubican solamente en un tratamiento especial por hablantes de guaraní, cuando se habla con personas a las que se les debe respeto (“Te vengo a devolver, señor, tu plata que me diste ayer”)– hoy también se está generalizando poco a poco su uso, por idéntico motivo que invoqué en los otros casos.
Uruguay –nuestro vecino geográfico, pero también cultural– es un ejemplo distinto en cuanto a la utilización de este fenómeno. En ocasiones de cierta formalidad dicen “tú tenés”; pero cuando existe un vínculo de mayor confianza, usan el voseo argentino: “vos tenés”.
Por fin, en Venezuela –siempre según las afirmaciones de Vaquero– se prefiere, en forma diferenciada, según los lugares. En la parte occidental del país (Zulia) se elige el más parecido al antiguo tratamiento de respeto, propio del siglo XV: “Vos tomáis, coméis, vivís”. Pero la gran mayoría de venezolanos son tuteantes, como podemos comprobar cuando escuchamos hablar a Chávez, su presidente.
Según pueden Uds. apreciar, esta manera de tratamiento que denominamos “voseo” tiene sus variantes, aún en la actualidad, en distintos puntos de Hispanoamérica. Es decir, posee sus propias complicaciones y manifestaciones variadas según el lugar donde se haya aposentado en un determinado tiempo y, asimismo, de acuerdo con las características culturales de la zona, aunque también según el influjo que hayan recibido del voseo de nuestro país que, en lo que a esto compete, es el modelo a seguir por todos aquellos hablantes que elijan tal forma de tratamiento para expresarse.
El autor de aquella canción folclórica cordobesa, “Pateando sapos”, uno de cuyos versos da el título a este artículo, supo trasmitir demasiado bien la forma en que se expresa la gente sencilla, sobre todo de zonas rurales, cuando quiere referirse a las situaciones propias de la vida cotidiana, vivenciadas por ella. De este modo, puede ser comprendida no solo por sus pares, sino también por todos aquellos que hablamos un español estándar.