viernes, 26 de agosto de 2011

ARTÍCULO Nº 37 DE EL TRIBUNO


LAS REDES SOCIALES E INTERNET
Por Paco Fernández
Director del Servicio de Información e Investigación sobre la Lengua (SIL)
“Nos encontramos en Facebook”
Me referí, en otras oportunidades, a los anglicismos que han ingresado en nuestra lengua en gran cantidad, sobre todo en esta época de la globalización de las comunicaciones, relacionados, especialmente, a las contribuciones idiomáticas que tienen que ver con las nuevas tecnologías.
Ante un pedido de mi amigo Rubén Arenas, el periodista que está cubriendo el histórico juicio por el asesinato al Dr. Miguel Ragone –quien me sugirió, sesudamente, que en alguna oportunidad me ocupara del lenguaje que los jóvenes y adolescentes emplean en el chateo y demás redes sociales–, hoy quiero dedicar el espacio concedido por El Tribuno para tratar aspectos sobre la lengua, a este asunto no menos importante, pero a la vez, asimismo, preocupante.
El lenguaje espontáneo y coloquial
Todos conocemos la situación que, desde unos quince años atrás a esta parte, se ha generado por el uso demasiado informal y de confianza en esas redes sociales. La informalidad es la característica sobresaliente en este tipo de comunicación. Pero, además, especialmente el costo de la utilización de los celulares en ella, ha determinado un uso “apocopado” o demasiado sintético de la lengua en estas ocasiones: ha obligado (no solo en nuestro idioma, sino también en otros, partiendo del inglés) a la creación de distintos signos que han posibilitado una interacción rápida y sintética y, por otra parte, comprensible para todos los miembros de la red.
Las abreviaturas constituyen un recurso formidable que, precisamente, no ha sido inventado para solucionar este problema. Desde muchos siglos atrás, nuestra lengua las ha utilizado con el objeto de que los copistas de la Edad Media –cuyo trabajo se realizaba exclusivamente en forma manual– pudieran realizar su tarea, demasiado ímproba en lo cuantitativo, con eficiencia y en el menor tiempo posible. En la época en que aún no existía la imprenta, este recurso representó un verdadero avance en la comunicación. A tal punto que, en la actualidad, cuando queremos acceder a documentos antiguos, debemos recurrir a los especialistas en paleografía (escritura antigua) para descifrar, por una parte, la lectura de letras para nosotros desconocidas, pero también, por otra, para interpretar el sistema de abreviaturas que ellos habían puesto en marcha.
Estos signos constituyen un antecedente de los que ahora son utilizados en la comunicación electrónica, mediante computadoras y celulares. A tal punto ha evolucionado este tipo de lenguaje que, al cabo de pocos años desde su nacimiento, ha adquirido un desarrollo increíble.
Un diccionario de términos para internetPrueba de lo dicho es que las palabras del llamado “lenguaje virtual” y su significado, identificadas como “la comunicación del milenio”, han sido recogidas por varias entidades relacionadas con la actividad, las cuales han creado un diccionario, suponiendo que no es el único que existe en español. En estos códigos, se supone que se dejan de lado las normas ortográficas, las de puntuación, reduciéndose el léxico a un vocabulario simple y breve. Varias operadoras españolas de celulares (como Movistar, Vodafone Msn y Orange), juntamente con la Asociación de Usuarios de Internet (AUI) están desarrollando un diccionario de estas voces al que denominarán “Hexo x ti y xra ti” (Hecho por ti y para ti). A continuación, algunas de las palabras, sobre todo aquellas más conocidas por nuestros usuarios argentinos: +tard (más tarde); 1bso (un beso); a2 (adiós); ad+ (además); bn (bueno); bss (besos); cd?, cm? (¿cuándo?, ¿cómo?); dps (después); hi (hola); kcs? (¿qué haces?); ksa (casa); ktl (¿qué tal?); mña (mañana); ola (hola); psda (pesada); tspero (te espero); tb (también); q (que); tkm (te quiero mucho); toy (estoy); tpc (tampoco); xfa o xfi (por favor); xra (para); xq (porque); xro (pero); |o (signo de bostezo), y muchos “emoticones” (palabra recibida del inglés que se refiere a las emociones trasmitidas iconos con diversas poses). Estas son una muestra de un mayor glosario.
La Academia y el lenguaje de internet
La “Ortografía de la lengua española” de la RAE (2010) dedica algunas páginas a los usos de las “nuevas tecnologías de la comunicación”. Dice, por ejemplo respecto del uso de mayúsculas y minúsculas, que la rapidez y la economía, en su calidad de determinantes de este tipo de código, condicionan su escritura, equiparándola al uso oral por su similitud con la informalidad que la caracteriza. Por eso es una constante la relajación respecto de las normas académicas. Mayúsculas y minúsculas se manejan con un criterio distinto. Por ejemplo, aquellas suelen indicar enojo o gritos (volumen de la conversación). Las normas de cortesía de la red, por lo tanto, recomiendan evitar su empleo, considerado como de mala educación, además de dificultar su lectura. En lo que respecta a las minúsculas, su uso está generalizado. Dichas normas, asimismo, solicitan cuidar al máximo la corrección ortográfica de los mensajes para contribuir a una mejor comprensión (página 517). En cuanto a las “abreviaciones y las nuevas tecnologías de la comunicación”, justifica la proliferación indiscriminada de abreviaturas debido a las limitaciones de los espacios y caracteres por motivos de tiempo y economía. También acota la Academia (páginas 585 y 586) que los jóvenes, con un criterio innovador y transgresor, exhiben, en sus comunicaciones abreviadas, “claras similitudes con los sistemas primigenios de la abreviación”, puesto que demuestran procedimientos parecidos a los que empleaban los antiguos latinos. Con las abreviaturas SPQR (“Senatus populusque romanus”) encabezaban, con un estandarte que las portaba, las marchas y procesiones, declarando que “el Senado y el pueblo romano” eran los que celebraban los actos públicos y las solemnidades. Generalmente, las abreviaturas utilizadas en la red prescinden de las vocales en sus códigos: tjt (tarjeta), tqm (te quiero mucho), tvl (te veo luego). Concluye la RAE recomendando: “Las abreviaciones acuñadas para su uso en chats y en mensajes cortos tienen restringido su empleo a ese ámbito y no deben trasladarse a la lengua general, por lo que no son objeto de regulación ni sistematización por parte de la ortografía”.

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