viernes, 26 de agosto de 2011

ARTÍCULO Nº 39 DE EL TRIBUNO


“PUNTO Y COMA, EL QUE NO SE ESCONDIÓ SE EMBROMA…”
Por Paco Fernández
Director del Servicio de Información e Investigación sobre la Lengua (SIL)
En mi artículo número 30 del 14 de junio pasado había prometido ocuparme de la puntuación, a la que había definido como “un escollo para el redactor”. Hoy abordaré los signos principales y dejaré los otros (guion, paréntesis, signos de interrogación y de exclamación, comillas, y demás) para la próxima entrega. El punto, el punto y coma, los dos puntos, los puntos suspensivos y la coma (en especial esta última) son los que presentan mayores dificultades para su uso.
El punto
“Señala pausa al final de un enunciado”, aclara la RAE. El punto y seguido separa enunciados que conforman un párrafo: “Salieron a dar un breve paseo. La mañana era espléndida”. En este caso, cuando se combina con comillas, pero también con paréntesis, el punto siempre debe ir detrás de las comillas.
También se emplea después de las abreviaturas: ´Sra.´ (señora); ´Excmo.´ (excelentísimo); ´cf.´, ´cfr.´, ´conf.´ y ´confr.´ (´cónfer´ = véase, compárese).
Cuándo no debe utilizarse: en títulos y subtítulos de libros, artículos, capítulos, obras de arte, textos de pie de foto o imagen: “El llano en llamas”, “La Venus del espejo”, por ejemplo.
El punto y aparte implica el comienzo de un nuevo párrafo, que va en renglón distinto, mientras que el punto final marca el fin de un texto.
Los dos puntos
Este signo (:) detiene el discurso para llamar la atención sobre lo que sigue. Va, a) después de anunciar una enumeración: “Tengo tres hijos: José, Analía y Claudio”; b) antes de citas textuales: “Descartes dijo: ´Pienso, luego existo´”; c) detrás de fórmulas de saludo en cartas: “Querido amigo: Te escribo para comunicarte…” (esto, en renglón aparte); d) en oraciones relacionadas entre sí: “No necesitaba correr: aún era pronto”; e) para separar un ejemplo del resto de la oración: “Escriban sobre un animal: el dinosaurio, por ejemplo”; f) en textos jurídicos y administrativos: “CERTIFICA: Que José García ha cursado…” (esto, en renglón aparte).
El punto y coma
Indica una pausa superior a la que marca la coma, pero inferior a la del punto. Se emplea: a) en enumeraciones complejas en las que van comas: “El saco es azul; el pantalón, gris; la camisa, blanca; y el abrigo, negro”; b) en un encadenamiento de oraciones, en las que se ha usado comas; “Sus padres, cansados, acababan de llegar; la chica, feliz, corría hacia ellos”; c) delante de conjunciones o locuciones conjuntivas, como ´pero´, ´aunque´, ´sin embargo´, ´por lo tanto´, que tengan una cierta extensión: “Los jugadores se entrenaron intensamente durante todo el mes; sin embargo, los resultados no fueron los esperados”.
Puntos suspensivos
Suponen una interrupción en la oración o un final impreciso. Se utilizan: a) al final de enumeraciones abiertas o incompletas: “Allí se vende de todo: comestibles, cacharros, ropas, juguetes…”; b) al dejar un enunciado incompleto y en suspenso: “Todo fue violento y desagradable… No quiero seguir hablando de eso”; c) en una cita textual o refrán incompletos: “En tal situación, pensé: “Más vale pájaro en mano…”.; d) entre paréntesis o corchetes, cuando se transcribe un texto, omitiendo una parte de él: “Me aseguró, después de (…), que me pagaría todo”.
La coma
Indica una pausa breve dentro de un enunciado. Se recurre a ella: a) al separar miembros de una enumeración no precedidos por ´y´, ´e´, ´o´, ´u´: “¿Quieres té, café o un refresco?”; b) al separar dicciones gramaticalmente equivalentes, salvo que se interpongan las conjunciones antes nombradas o ´ni´: “Antes de irte, cierra las ventanas, apaga las luces y echa llave”; c) al omitir la repetición de un verbo: “En el aparador colocó la vajilla; en el cajón, los cubiertos; en los estantes, los vasos, y los alimentos, en la despensa”; d) al aislar el vocativo del resto de la oración: “Julio, ven acá” / “Ven acá, Julio” / “He dicho, Julio, que vengas acá”; e) cuando se escriben aposiciones explicativas: “Adrián, el marido de mi hermana, nos dijo que nos ayudaría” / “La verdad, escribe un político, debe respetarse”; f) cuando se invierte el orden regular de una oración: “Cuando él llegó, Ángel salió a su encuentro”; g) antes de una conjunción o locución conjuntiva: “Es noble, porque tiene un palacio” / “Prometiste acompañarlo, conque ya puedes ir saliendo con él” h) al usar enlaces como ´esto es´, ´es decir´, ´por consiguiente´, ´por último´, ´en cambio´, y otros: “Por lo tanto, no vamos a ninguna parte. A pesar de ello, si quieres puedes ver tele” / “Tales incidentes, sin embargo, no se repitieron”; i) al encabezar una carta, se pone coma entre el lugar y la fecha: “Salta, 25 de agosto de 2011”; j) cuando el apellido precede al nombre: “García, Juan”.
En los casos siguientes, hay que evitar el uso de la coma: a) no debe separarse el sujeto del predicado: “Las estanterías del rincón, estaban perfectamente organizadas” (aquí no debe ir la coma); b) en general, cuando en el enunciado oral se baja la voz, no debe ir coma, sino punto, punto y coma o dos puntos, según corresponda. Hay que evitar lo del ejemplo que sigue: “Al golpearse, cayó al suelo, un hombre que pasaba lo auxilió”. Lo correcto es: “Al golpearse, cayó al suelo. Un hombre que pasaba lo auxilió”, o bien: “Al golpearse, cayó al suelo; un hombre que pasaba lo auxilió”
En síntesis
1. Punto / punto y coma / dos puntos: pausa con descenso del tono de la voz.
2. Coma: pausa con mantenimiento o elevación del tono de la voz.
3. Recomendación: antes de colocar estos signos, leer en voz alta y comprobar si se eleva o baja el tono de la voz, para colocarlos correctamente.

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